abril 07, 2009


En la 69 punto G tiene el corazón una oficina, donde don Nadie gana al ajedrez, y los adivinos adivinan, y los aladinos aladinan y piden propina, imagínate.

Seremos tu cordón umbilical, tu confesionario, tu pomada. Ponte los cascos en
la oscuridad si te da la espalda la almohada, busca la frecuencia modulada una coartada para alunizar.

Ven a la 69 punto G cuando te canses de crecer y los sueños tarden en venir, que un Debussy
crepuscular, toca en el dial la seguidilla de Buñuel, déjanos jugar contigo al escondite inglés en la
69 punto G.

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